viernes, 12 de mayo de 2017

Manías de una aprendiz de escritora


A principios de esta semana terminaba el que será mi segundo libro, un libro lleno de sentimientos, relatos y versos o algo parecido escritos en verde.
Un libro donde vuelvo a desnudar mi alma en cada palabra escrita, donde os abro un poco más mi corazón.

Ayer tomando un café con un amigo de toda la vida, me preguntaba que sí tengo manías a la hora de escribir.
Me conoce lo suficiente como para saber que tengo más de una en mi rutina y vida diaria.

A parte de mi bolígrafo verde, debo confesar que debo ser algo atípica.
Escribo por impulso, en cualquier lugar, siempre llevo un cuaderno y un bolígrafo conmigo por sí la inspiración me asalta.
No necesito estar a solas, ni en silencio, a veces sí pero no necesariamente para escribir, los que me conocen bien, saben que soy bastante solitaria e independiente en mi día a día.

Aunque también tengo algún que otro lugar preferido para escribir, podéis encontrarme algunas mañanas tomando un café en cualquier lugar de la ciudad mientras escribo o corrijo.
Normalmente no escribo por las noches, aunque reconozco que algunas veces sí he tenido necesidad de levantarme para tomar notas.

No escribo con una botella de whisky al lado ni en momentos de máxima tristeza.
Aunque a veces esa tristeza me ha ayudado a escribir.
Escribo normalmente a media tarde y siempre sentada sobre mi cama, me gusta escribir a mano toda la obra, donde hago mis primeras correcciones y tachones, muchos tachones, reconozco que me da pereza el ordenador y me cuesta mucho pasar todo lo escrito a mano, remoloneo mucho, quizás demasiado, pero cuando la emoción me puede no paro de teclear.
Tampoco bebo café para mantenerme despierta por las noches y poder escribir, soy demasiado disciplinada como para saltarme rutinas.
Duermo mis horas correspondientes.

Pero confieso que cuando  acabo un manuscrito, abro una botella de vino, me sirvo una copa, enciendo un cigarrillo, soy ex fumadora, pero de vez en cuando fumo por puro placer, y disfruto de ese momento de lectura de mi obra mientras brindo por lo bien que lo he hecho.
Soy una escritora atípica, quizás por que aún soy una simple aprendiz en este arte y mundo de escribir.





No hay comentarios:

Publicar un comentario