viernes, 1 de diciembre de 2017

El funeral.

El coche fúnebre ha llegado puntual al cementerio, a las once en punto de la mañana.

Allí esperaban todos aquellos que se han reunido para el último adiós.

Me he sentido muy arropada en este momento tan duro y esta despedida tan difícil.

Ha sido un adiós emotivo y lleno de momentos inolvidables.

Mis padres no se han separado de mi, han llorado tanto que ha habido momentos en los que me ha sido muy difícil el no poder consolarlos, nunca los había visto tan hundidos, tan sumidos en esa tristeza que creo que les acompañará el resto de sus vidas.

Mi hermana se ha mantenido serena y tranquila, siempre ha tenido ese matiz tan cerebral que yo nunca supe sacar, siempre he sido más sentimental y eso no me ha hecho demasiado bien.

Me han acompañado incluso aquellos que creí que no lo harían.

Y allí al fondo algo alejado de todo el bullicio estaba él, el amor de mi vida, he tardado en verlo, pero sabía que no me fallaría, no se ha acercado pero he sentido y escuchado cada uno de sus te quiero dichos con el corazón, siempre estuvo a mi lado, a pesar de todo y siempre estará.

No hemos tenido demasiada suerte por separado, pero siempre nos hemos tenido.

He estado tranquila, sin drama por mi parte.

Me voy sintiéndome acompañada y querida.

Me voy sabiendo que no le debo nada a la vida u sin embargo ella me lo debe todo.

Podéis enterrarme en paz.



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